Madrid, 28 de abril de 2025 – Un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) confirma que Serunion ha conseguido reducir significativamente el desperdicio alimentario en los comedores escolares de Madrid en un 17,43 %, logrando además un impacto positivo en la reducción de la huella de carbono, con una equivalencia de 40 árboles por cada 100 alumnos educados.
Desde hace más de diez años, Serunion ha implementado diversas iniciativas para sensibilizar a los estudiantes sobre la importancia de reducir el desperdicio alimentario y su impacto ambiental. Programas como “La Comida No Se Tira” o “Proyecto Acqua” han jugado un papel clave, integrando talleres, actividades y jornadas de concienciación en colegios tanto públicos como concertados.
El estudio de la UPM se centró en alumnos de primaria, de entre 8 y 11 años, que participaron en un programa educativo de siete semanas. A través de herramientas pedagógicas como el Panel de Pesaje y Desperdicio, el Basurómetro, el Rincón Verde o los Superhéroes Verdes, los estudiantes aprendieron a medir y reducir el excedente alimentario generado en los comedores escolares.
Gracias a la colaboración entre Serunion y la UPM, se han recopilado y analizado datos durante tres años en 167 colegios y con la participación de 4.400 alumnos/as. Los resultados revelan una reducción promedio del 17,43 % en el desperdicio alimentario tras la intervención educativa, lo que supone una disminución de entre 9.573 y 12.401 kg de CO2 eq/año. Este impacto ambiental es comparable a la capacidad de absorción de hasta 620 árboles anualmente.
El comedor escolar es un espacio clave para inculcar hábitos responsables desde la infancia. Conscientes de ello, Serunion refuerza su compromiso con la educación y la sostenibilidad a través de su departamento de Innovación Pedagógica, impulsor de proyectos educativos anuales que van más allá de la alimentación. Estos programas no solo generan beneficios directos en la reducción del desperdicio alimentario, sino que también promueven cambios de comportamiento duraderos que los estudiantes pueden trasladar a sus hogares y aplicar a lo largo de su vida.